Nuestra fe en Dios y Su palabra nos da esperanza, tanto ahora como para el futuro. Es posible que esté pasando por un momento de prueba o dificultad en este momento. Sin embargo, su fe y confianza en lo que Dios le ha prometido le dará esa paz y fortaleza sobrenatural para resistir y superar cualquier lucha que esté experimentando actualmente. Incluso el rey David entendió la importancia de su fe en Dios y cómo la bondad de Dios podría ayudarlo en las peores situaciones. El Salmo 27:13 dice: “Me hubiera desesperado si no hubiera creído que vería la bondad del Señor en la tierra de los vivos”. Otra versión dice: “Me habría desmayado si no hubiera creído”. Sí, el viaje a veces puede parecer abrumador, pero tienes algo en tu interior que está listo para ayudarlo. La bondad de Dios está allí contigo y verás su bondad en la tierra de los vivos. No es hora de rendirse; Es hora de declarar audazmente: “El Señor es mi ayudante; No temeré. ¿Qué me puede hacer el hombre (Hebreos 13: 6)?
El te guiara por la senda correcta!
Una de las grandes luchas que tenemos hoy es en quién podemos confiar para darnos una buena orientación o dirección. El otro día, fui a una tienda muy grande en busca de un artículo específico. No pude encontrar el artículo, así que le pregunté a un empleado si sabían dónde estaba el artículo. Ella nos dijo que estaba en el pasillo 3. Sin embargo, a pesar de que era una empleada, me dio información incorrecta. Le pregunté a dos empleados más y finalmente encontré el artículo que estaba buscando. Esto sucede en todas las áreas, ya sea que necesite reparar su automóvil, un médico que pueda diagnosticar correctamente su problema, a qué tipo de escuela debe ir, etc. Afortunadamente para quienes confiamos en Cristo, se puede confiar en que Dios nos dará la dirección y orientación perfecta. Isaías 48:17 (AMP) dice: “Esto es lo que el Señor, tu Redentor, el Santo de Israel dice:” Yo soy el Señor tu Dios, que te enseña a sacar provecho (beneficio), que te guía por el camino que deberías ir”. Entonces, en lugar de pedir ayuda a todos, excepto a nuestro Padre Celestial, es hora de cambiar esta ecuación. Ve a Dios primero y pídele sabiduría y orientación todas las mañanas. Él te enseñará a prosperar en tu camino y te guiará por senderos justos. Él nunca te dejará ni te abandonará, ¡así que camina diariamente con Dios porque Él dirigirá tus caminos!