La palabra esperanza significa: “esperar con confianza, desear con la expectativa de obtención o realización”. Hay muchos en este mundo que han perdido la esperanza. Eso es lamentable porque cuando uno pierde la esperanza, pierde la alegría y la expectativa de un futuro mejor. Bueno, tengo buenas noticias para ti. Dios es el Dios de la esperanza, y mientras estés vivo, Dios puede cambiar las cosas en un momento. Pero es vital que no pierdas la esperanza. Romanos 8:25 revela que mientras tengamos esperanza, tenemos la fuerza para perseverar. Y Romanos 12:12, nos dice que la esperanza nos hace regocijar. Hoy, nuestro Padre Celestial nos recuerda que Él es el Dios de la esperanza, y Él dice: “¡No pierdas la esperanza, tu respuesta está en camino!
Eclesiastés 9: 4 (ERV) “Hay esperanza para los que todavía están vivos, no importa quiénes sean …”
La mayoría de las personas de hoy se dan cuenta de que sus palabras tienen poder y autoridad, pero desafortunadamente no aprovechan ni controlan las palabras que salen de sus bocas. Y eso es lamentable porque palabras pueden cambiar el ambiente negativo a uno positivo. Las palabras pueden sanar o herir, traer alegría o tristeza, producir verdad o engaño, unir o separar. Las palabras son contenedores que transportan emociones, sabiduría, imágenes y creencias. Proverbios 18:21 dice: “La muerte y la vida están en el poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto”. El rey David lo sabía, así que decidió dentro de sí mismo hablar solo de la justicia de Dios todo el día. Él dijo esto en Salmo 71:24(HCSB): “Por lo tanto, mi lengua proclamará Tu justicia todo el día, porque los que buscan mi daño serán deshonrados y confundidos”. Sabía que las promesas de Dios son vivas y eficaz. David confió en Dios para destruir los ataques de sus enemigos. Sabía que sus enemigos serían deshonrados y confundidos. Santiago 4: 7 dice: “Por lo tanto, sometete a Dios. Resiste al diablo y él huirá de ti”. Entonces, cuando te sometas a Dios este fin de semana, debes saber que Dios ha identificado a tus enemigos y está destruyendo sus ataques contra ti. El enemigo tiendra que huir. ¡Sé como David y deja que tu lengua solo hable de su justicia todo el día!