¿Qué está proclamando tu lengua?

La mayoría de las personas de hoy se dan cuenta de que sus palabras tienen poder y autoridad, pero desafortunadamente no aprovechan ni controlan las palabras que salen de sus bocas. Y eso es lamentable porque palabras pueden cambiar el ambiente negativo a uno positivo. Las palabras pueden sanar o herir, traer alegría o tristeza, producir verdad o engaño, unir o separar. Las palabras son contenedores que transportan emociones, sabiduría, imágenes y creencias. Proverbios 18:21 dice: “La muerte y la vida están en el poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto”. El rey David lo sabía, así que decidió dentro de sí mismo hablar solo de la justicia de Dios todo el día. Él dijo esto en Salmo 71:24(HCSB): “Por lo tanto, mi lengua proclamará Tu justicia todo el día, porque los que buscan mi daño serán deshonrados y confundidos”. Sabía que las promesas de Dios son vivas y eficaz. David confió en Dios para destruir los ataques de sus enemigos. Sabía que sus enemigos serían deshonrados y confundidos. Santiago 4: 7 dice: “Por lo tanto, sometete a Dios. Resiste al diablo y él huirá de ti”. Entonces, cuando te sometas a Dios este fin de semana, debes saber que Dios ha identificado a tus enemigos y está destruyendo sus ataques contra ti. El enemigo tiendra que huir. ¡Sé como David y deja que tu lengua solo hable de su justicia todo el día!

No permitas que la ira te controle!

¿Qué está pasando hoy en los corazones de las personas? Muchas personas se enojan por las cosas más pequeñas. Usted puede ver claramente esto en el viaje de la mañana y la tarde. El otro día, un automóvil pasó a mi lado izquierdo y el conductor me mostró “el dedo medio” y luego se alejó muy rápido. Mientras tanto, ni siquiera sé qué hice para merecer “el dedo medio”. La rabia automovilística se ha convertido en algo común hoy en día. Parece que toda la nación está enojada por algo. El Salmo 37: 8 dice: “Refrena tu enojo, abandona la ira; no te irrites, pues esto conduce al mal.” Lo interesante de esto es que, por lo general, las personas atacan a los demás, pero la fuente de su ira proviene de un problema totalmente diferente. Su compañero de trabajo podría arremeter contra usted, pero podría ser que él o ella tuvieran una pelea en su casa. Es posible que su hijo esté enojado y que no quiera hablar con usted; sin embargo, podría deberse a algo que sucedió en la escuela. En cualquier caso, es tan importante que aprendamos a controlar nuestra “ira”. La ira incontrolada puede llevarnos al pecado. Puede destruir relaciones. Nos puede llevar a la cárcel. Aunque la ira es normal, el apóstol Pablo nos instruye a “enojarnos y no pecar”. Esto significa que podemos controlar la ira. Usa la ira de manera constructiva para impulsarte a hacer cosas que realmente necesitas hacer, pero no permitas que la ira te controle. Como dijo David: la ira que no se controla “conduce al mal.”

Efesios 4:26 “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo.”