Las escrituras nos enseñan que Dios es nuestro proveedor supremo. La mayoría de las veces consideramos nuestros trabajos como nuestros proveedores, pero, francamente, los trabajos van y vienen. Pueden estar disponibles hoy y desaparecer mañana. Es vital que captemos la revelación en lo profundo de nuestro espíritu de que Dios es nuestro proveedor. Las oportunidades pueden cerrarse. Reducción de trabajos y despidos pueden ocurrir. Pero Dios puede proporcionarnos provisión de forma ilimitada porque es un Dios ilimitado con provisión y recursos ilimitados. Él es en realidad el que nos proporciona provisión y recursos a diario. No solo eso, cuando somos generosos, Él multiplicará nuestros recursos para que podamos seguir siendo generosos con los demás. ¡Su trabajo podría cerrarse, su banco podría fallar, sus oportunidades actuales podrían agotarse, pero siempre recuerde que Dios nunca falla, y Él es el que abrirá nuevas puertas de oportunidad cuando el actual se cierre porque Él es nuestro proveedor!
2 Corintios 9:10 “Ahora, el que proporciona semilla para el sembrador y pan para alimento proveerá y multiplicará su semilla para sembrar [es decir, sus recursos] y aumentará la cosecha de su justicia [que se muestra en bondad activa y amor]”
La mayoría de las personas de hoy se dan cuenta de que sus palabras tienen poder y autoridad, pero desafortunadamente no aprovechan ni controlan las palabras que salen de sus bocas. Y eso es lamentable porque palabras pueden cambiar el ambiente negativo a uno positivo. Las palabras pueden sanar o herir, traer alegría o tristeza, producir verdad o engaño, unir o separar. Las palabras son contenedores que transportan emociones, sabiduría, imágenes y creencias. Proverbios 18:21 dice: “La muerte y la vida están en el poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto”. El rey David lo sabía, así que decidió dentro de sí mismo hablar solo de la justicia de Dios todo el día. Él dijo esto en Salmo 71:24(HCSB): “Por lo tanto, mi lengua proclamará Tu justicia todo el día, porque los que buscan mi daño serán deshonrados y confundidos”. Sabía que las promesas de Dios son vivas y eficaz. David confió en Dios para destruir los ataques de sus enemigos. Sabía que sus enemigos serían deshonrados y confundidos. Santiago 4: 7 dice: “Por lo tanto, sometete a Dios. Resiste al diablo y él huirá de ti”. Entonces, cuando te sometas a Dios este fin de semana, debes saber que Dios ha identificado a tus enemigos y está destruyendo sus ataques contra ti. El enemigo tiendra que huir. ¡Sé como David y deja que tu lengua solo hable de su justicia todo el día!