¡El verdadero mensaje de Navidad es el Evangelio, que es buenas noticias! Parte de esa buena noticia se encuentra en 2 Pedro 1: 3, que dice: “como Su poder divino nos ha dado todas las cosas que pertenecen a la vida y la santidad, a través del conocimiento de Aquel que nos llamó por gloria y virtud”. No solo somos salvos por su bondad, en Cristo, Él nos da todas las cosas que pertenecen a la vida y la santidad. Esto significa que nuestra eternidad está segura en Cristo, pero Él también provee por nuestras necesidades diarias. Él satisface todas nuestras necesidades de acuerdo con sus riquezas en gloria. La Navidad para nosotros no es solo un día; Es una revelación poderosa de cuánto Dios nos ama. Deje que el resto de este tiempo navideño sea de gratitud por lo que Dios ya ha hecho por nosotros.
Sanctificado sea Tu Nombre
Ayer, compartí la definición de la palabra “santificado”(venerado, consagrado, honrado, santo). Cuando venimos al Padre Celestial, debemos reconocer su santidad. Él realmente es digno de ser alabado. La mayoría de la gente no ora regularmente. Sólo oran cuando haya una crisis. Incluso cuando oran, no reconocen ni adoraran a Dios. Solamente se enfocan en su necesidad o crisis del momento. El Señor Jesús nos enseñó que cuando oramos, debemos comenzar con un humilde reconocimiento de quien El es, y de Su grandeza y bondad. Cuando estamos ante la realeza, o alguien que es importante aquí en la tierra, desplegamos la “alfombra roja”. Los alabamos por sus logros. Entendemos de manera innata que debemos honrar la grandeza. Sin embargo, cuando muchas personas acuden a Dios en oración, ni siquiera piensan en reconocer quién es Dios y no lo honran como Dios. Solamente quieren algo de Él, pero no creen que sea necesario adorarlo y venerarlo. Cuando los hijos de Dios acuden a Dios en oración, lo primero que hacen es adorarle y honrarle. Nunca olvides comenzar tus oraciones con adoración. ¡Esto te pondrá en el la relación correcta con tu Padre Celestial, y tus oraciones subirán a Su Presencia!
Mateo 6: 9. De esta manera, ora: Padre nuestro, que estas en cielo, santificado sea tu nombre.