¿Estás experimentando la “paz perfecta”?

La paz no es la ausencia de problemas o angustias. Es una confianza tranquila dentro de ti, incluso en medio de estos tiempos difíciles. El Señor Jesús estaba en un bote con los discípulos cuando, de repente, se levantó una tormenta (Marcos 4: 36-40). La tormenta empeoró tanto que los discípulos pensaron que iban a perecer. Mientras tanto, Jesús estaba durmiendo en la parte trasera del bote. Ellos despertaron a Jesús de su sueño e incluso le dijeron: “Maestro, ¿no te importa que perecemos?” Él reprendió la tormenta y todo se calmó. Considere esto, los discípulos pensaron que estaban pereciendo, pero Jesús estaba durmiendo … en medio de una tormenta. ¡Tenía paz incluso en medio de una condición en la que otros estaban en pánico y pensaban que iban a morir! Hoy, Dios te recuerda que nos da su paz perfecta. No dejes que tu corazón se turbe. ¡Incluso en medio de la tormenta, Dios está contigo y la tormenta NO te alcanzará! ¡Deja que El Señor te dé valor y fuerza hoy!

Juan 14:27 (AMP) “La paz te dejo; mi paz [perfecta] te doy; no te doy lo que el mundo te da. No dejes que tu corazón se turbe, ni tengas temor. [ Deja que Mi paz perfecta te calme en todas las circunstancias y te dé valor y fuerza para cada desafío.] “

No permitas que el enemigo se aproveche de ti!

El apóstol Pablo conocía las estrategias, planes y artimañas del enemigo de nuestras almas. Hubo muchas veces cuando exhortó al pueblo de Dios a recordar que siempre debemos estar alertos y conscientes de los planes y armas que se han formado contra nosotros. Isaías 54:17 dice: “Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos del Señor, y su justicia es de mí, “dice el Señor”. Dios nos recuerda hoy que se han formado armas y planes contra ti, pero Él está contigo, y el mayor reside dentro de ti. Además, conocemos los esquemas del enemigo, entre los que se encuentran: engaño, mentiras, lujuria por la fama y la fortuna, temor, duda. Como sabemos acerca de estas armas, las rechazamos y renunciamos. En cambio, buscamos crecer el los frutos del Espíritu, la fe victoriosa, y un estilo de vida de perdón y el amor de Dios.

2 Corintios 2:11 “Para que Satanás no se aproveche de nosotros, pues no ignoramos sus artimañas”.