Nuestra fe en Dios y Su palabra nos da esperanza, tanto ahora como para el futuro. Es posible que esté pasando por un momento de prueba o dificultad en este momento. Sin embargo, su fe y confianza en lo que Dios le ha prometido le dará esa paz y fortaleza sobrenatural para resistir y superar cualquier lucha que esté experimentando actualmente. Incluso el rey David entendió la importancia de su fe en Dios y cómo la bondad de Dios podría ayudarlo en las peores situaciones. El Salmo 27:13 dice: “Me hubiera desesperado si no hubiera creído que vería la bondad del Señor en la tierra de los vivos”. Otra versión dice: “Me habría desmayado si no hubiera creído”. Sí, el viaje a veces puede parecer abrumador, pero tienes algo en tu interior que está listo para ayudarlo. La bondad de Dios está allí contigo y verás su bondad en la tierra de los vivos. No es hora de rendirse; Es hora de declarar audazmente: “El Señor es mi ayudante; No temeré. ¿Qué me puede hacer el hombre (Hebreos 13: 6)?
Dios mismo fue quien nos instruyò para que hagamos esto!
Hay un verso donde Dios habla directamente a su pueblo. Él les da instrucciones que, si le obedecen, El escuchará, El perdonará y sanara su tierra. Aquí está el verso del cual estoy hablando. Asegúrate de leerlo varias veces: 2 Crónicas 7:14: “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”. ¿Lo leíste varias veces? Primero dice:” Si mi pueblo … “¡Nos está hablando a nosotros! Esto es para la iglesia ¡Lo primero que nos ordena que hagamos es “HUMILLARNOS” ¡La arrogancia y el orgullo no deben existir entre nosotros! Lo segundo es: ORAR. ¿Estamos orando por nuestras familias, nuestra iglesia, nuestra comunidad, nuestra nación o somos solo nos quejamos de todo lo que nos rodea? Oren más y quéjense menos. La tercera cosa es: BUSQUE SU ROSTRO. Eso significa que tiene que ser una prioridad para nosotros. En lugar de buscar solo cosas materiales, primero debemos buscar Su rostro. La instrucción final es: ARREPENTIRSE DE SUS MALOS CAMINOS. Esto denota arrepentimiento y un alejamiento genuino de nuestros hábitos pecaminosos (acciones, palabras, pensamientos, intenciones). Si realmente obedeciéramos a Dios en estas cuatro instrucciones, nosotros experimentaríamos una manifestación sobrenatural de sanidad, restauración, alegría y respuestas a nuestras oraciones. Comience hoy este proceso en su vida. ¡Dios ve nuestras acciones individuales y responderá a quien obedece estas instrucciones!