El Señor Jesús nos llamó “la luz del mundo (Mateo 5:14)”. Continúa diciendo que la luz no debe ocultarse, sino que debe colocarse en un lugar donde todos puedan verla. Nuestras vidas y nuestros testimonios no deben ser escondidos. Nuestras vidas y testimonios deben brillar entre nuestras familias y comunidades. Mateo 5:16 dice: “Dejen que su luz brille ante los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre en el cielo”. Note cómo el Señor Jesús equipara nuestra luz con buenas obras. Obras que reflejarán el amor y la bondad de Dios. Cuando los que nos rodean ven nuestras buenas obras, esas mismas obras les permitirán ver el amor de Dios por la humanidad. Nunca olvides que Dios ve y aprecia tu trabajo de amor, incluso si las personas que te rodean no lo hacen. ¡Y es Dios quien te bendecirá y fortalecerá en tu continuo viaje!
Proverbios 13:9 La luz de los justos se regocija, pero la lámpara de los impíos será apagada.