El apóstol nos recordó que es nuestra responsabilidad animarnos y advertirnos todos los días para permanecer fieles a Dios y su palabra. Debemos cubrirnos en oración los unos a otros con temor piadoso. El mundo es egoísta y sobre todo piensa solamente en sí mismos. El Señor Jesús nos enseñó que debemos lavarnos los pies unos a otros, orar unos por otros, perdonarnos unos a otros, ministrarnos unos a otros, amarnos unos a otros, animarnos unos a otros, servirnos unos a otros. En resumen, ¡usted y yo tenemos una responsabilidad muy importante en asegurarnos de que todos entremos en el reino de Dios juntos! Recuerde, esto es muy importante para Dios, y Él se aseguró de que fuera registrado en las Escrituras. El Señor Jesús también modeló esto, tanto cuando lavó los pies de los discípulos, y cuando murió en la cruz por toda la humanidad. ¿Estás cuidando a la familia espiritual en oración y súplica, o estás “demasiado ocupado” para todas esas cosas? Considera eso hoy.
Hebreos 3:13 (NTV) “Adviértanse unos a otros todos los días mientras dure ese «hoy», para que ninguno sea engañado por el pecado y se endurezca contra Dios.”