Hay poder en tus palabras!

En Proverbios 18:21, El Proverbista declaró: “La muerte y la vida están en poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto”. Muchos han escuchado el dicho “palos y piedras pueden romper mis huesos, pero los nombres nunca me harán daño”. Esto es absolutamente incorrecto Las palabras están entre las entidades más poderosas en este reino de la tierra. Dios nos hace responsables de cada palabra que sale de nuestras bocas. La mayoría de las personas habla sin pensar qué repercusiones puede tener. Hacemos esto cuando somos niños, ya que criticamos a otros niños en la escuela. Pero incluso a medida que crecemos, seguimos diciendo y declarando cosas que nos pueden hacer daño a nosotros o a otros, y somos ajenos a cómo puede herir o destruir a los demás. ¡El apóstol Santiago declaró que la persona que puede controlar su lengua es un hombre perfecto (Santiago 3:2)! Hoy, nuestro Buen Señor y Salvador nos recuerda usar nuestras palabras para hablar de vida, restauración, salud, alegría, paz y salvación a otros. Hay un gran poder en tus palabras.

Efesios 4:29 – No salga de tu boca palabra corrupta, sino lo que es bueno para la edificación necesaria, para que pueda impartir gracia a los oyentes. 

 

Forgive and be tenderhearted toward one another!

Death and life are in the power of the tongue. As Christ followers, we are to reject all bitterness, wrath and uncontrolled anger. Instead, we need to be kind and tenderhearted to each other. The spirit of this age has deceived many in this day into thinking that we are in a battle with each other. However, our battle is not against flesh and blood, but against powers and principalities. We must reject any thoughts or mindsets that would cause offense among each other. Instead, we must forgive one another, because this is the order of God. God in Christ forgave us, and He instructs us that even as He forgave us, we must forgive one another.

Ephesians 4:31 & 32 – Let all bitterness, wrath, anger, [i]clamor, and evil speaking be put away from you, with all malice. 32 And be kind to one another, tenderhearted, forgiving one another, even as God in Christ forgave you.