El es mi refugio!

Parte de la vida de fe es aprender a decir lo que dice la palabra de Dios sobre ti. Esto es difícil porque nuestra tendencia es reaccionar o hablar negativamente. La mayoría de los seres humanos pasan la mayor parte de su vida criticando y quejándose. Dios estaba disgustado con Israel cuando recibieron el informe negativo de los 10 espías en Números 13:32. Más tarde, Dios declara que ninguno de los que se quejaron entraría en su herencia (Números 14: 26-28). Tienes el poder de la vida y la muerte en tu lengua. Hay poder en lo que dices. El rey David dijo que confiaba en el Señor su Dios. Le dijo a Goliat que Dios le daría la victoria sobre él. Alineó sus palabras con su fe en Dios. Es hora de inspeccionar las palabras que hablas. Use los próximos días para realinear sus palabras con la palabra de Dios. Comience a liberar vida en su ambiente y futuro. ¡Hay poder en tus palabras!

Salmos 91:2 Diré al Señor: “Él es mi refugio y mi fortaleza; Dios mío, en Él confiaré “.

 

God promises that He will protect us!

When God says “surely,” this is a guarantee. In Psalms 91:3, He promises to deliver us from the traps of the enemy, and from deadly pestilences. You can also see that God will “deliver” us from these calamities. That means that even if we fall into a trap, God promises to deliver us, or to intervene so that we would be set free. You can see in Acts 12, where God sends an angel to deliver the Apostle Peter from prison and sure death. In Acts 16, God delivers the Apostle Paul and Silas from prison. The Lord Jesus promised that He would never leave us nor forsake us. I have heard Christians say that they don’t feel that God is with them. Without realizing it, they are saying that they don’t trust God’s promise. It’s time to reflect on our actions and words. King David trusted God completely. Do we?

Psalms 91:3 – Surely He shall deliver you from the snare of the fowler and from the perilous pestilence.