El rey David declaró que el Señor era su luz, su salvación y la fortaleza de su vida (Salmos 27: 1, 5). David tuvo una relación maravillosa con su Padre Celestial, y se dio cuenta de que la bondad de Dios era multifacética. Veamos las diversas palabras que David usó para describir la bondad de Dios para él. En primer lugar, la luz es tan esencial para la humanidad. La luz nos permite ver el paisaje. Revela lo que de otra manera estaría oculto. Expone la suciedad y los escombros en lugares escondidos. La luz de Dios expone cosas en nuestras vidas que pueden dañarnos o que necesitan ser corregidas. La luz nos muestra todos los obstáculos en nuestro camino para que no tropezemos en el camino. La definición bíblica de Salvación incluye liberación, ayuda, salud y bienestar. David también dijo que Dios era la fortaleza de su vida. Cada vez que los problemas y las crisis venían a destruirlo, él siempre acudía al Señor en busca de ayuda, y el Señor lo libraba de sus enemigos. Él regularmente adoraba a Dios en su templo y se deleitaba en su bondad. También declaró que Dios lo puso en alto sobre una roca (v. 5). Otra versión de este verso dijo que Dios lo puso muy por encima de todos sus enemigos. Esta semana, recuerda que Dios es tu luz, salvación y fortaleza. Él también es tu roca, y te pone por encima de tus enemigos!
Salmos 27: 1, 5 – “(1) El Señor es mi luz y mi salvación; ¿A quien temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿De quién tendré miedo? (5) Porque en el tiempo de angustia me esconderá en su pabellón; En el lugar secreto de su tabernáculo me esconderá; Él me pondrá sobre una roca”