Muchos hoy en día ven el éxito como ser famoso y ganar mucho dinero. Mientras que, en el Reino de Dios, el buen éxito es lograr lo que Dios ha puesto en nuestras manos. Es cumpliendo los propósitos de Dios en nuestra vida, y este propósito proporciona beneficios eternos a quienes nos rodean. Además, a Dios le place cuando cumplimos Su propósito y nos llama “siervos buenos y fieles.” Proverbios 16:20 (EXB) dice: “Quien escuche lo que se enseña [tiene perspicacia] tendrá éxito [prosperará], y quien confíe en el Señor será feliz [bendecido]”. Note que el verso resalta la importancia de ser enseñable. Si “escuchamos lo que se enseña”, esto nos dará perspectiva divina, y nos hará prosperar. La perspicacia es un tipo más profundo de sabiduría e intuición que le permite ver más allá de las circunstancias o condiciones actuales. Las personas con este tipo de discernimiento pueden detectar oportunidades ocultas. También pueden soportar fuertes oposiciones o críticas porque pueden ver los beneficios más allá de la lucha actual. Y esto eventualmente los lleva a superar y prosperar en medio de condiciones difíciles e inciertas. Cuando confiamos en el Señor, le pedimos que tome el volante de nuestras vidas y nos ayude a navegar a través de las tormentas o procesos actuales de la vida. ¡Cuando hagamos eso, seremos bendecidos!
Proverbios 16:20 (EXB) “Quien escuche lo que se enseña [tiene perspicacia] tendrá éxito [prosperará], y quien confíe en el Señor será feliz [bendecido]”