La palabra engañar significa: enredar o atrapar, ser falso, no cumplir, decepcion. Wow, eso es una palabra fuerte! He visto a muchos padres preocuparse por las malas compañías de sus hijos. Los padres le dicen a los hijos: “No quiero que andes con esas personas. Eventualmente te meterán en problemas”. Los hijos responden así: “No te preocupe, sé lo que estoy haciendo. No les permitiré a mis amigos que me cambien y no haré lo que ellos hacen”. Sin embargo, 1 Corintios 15:33 dice: “¡No se dejen engañar. Las malas compañías corrompen las buenas costumbres, (comunión, asociaciones) y depravarán los buenos morales y caracteres.” Nuestros amigos y asociados nos afectarán de una manera u otra. En Mateo 4:19, el Señor Jesús les dijo a los discípulos: “Síganme, y los haré pescadores de hombres”. 2 Corintios 6:17 dice: “Por tanto, salgan de entre los incrédulos, y aléjense de ellos, dice el Señor.” Tu puedes ver claramente que de acuerdo a Dios, podemos ser engañados más fácilmente de lo que creemos. Por lo tanto, la sabiduría nos obliga a ser muy cuidadosos y discernir con quién nos relacionamos y a quién elegimos como amigos. Si nos asociamos con chismosos y quejosos, eso es lo que vamos a aprender de ellos. Pero si nos asociamos con visionarios piadosos y personas que aman a Dios y su palabra, nos acercarán más a Dios y sus propósitos para nosotros. Si sus asociaciones están corrompiendo tus buenos morales, es hora de deshacerse de ellos y encontrar a aquellos que lo ayudarán en su relación con Dios. Selah!
1 Corintios 15:33 “No se dejen engañar: Las malas compañías corrompen las buenas costumbres”