¡No olvides esta poderosa verdad durante estos días festivos!

A medida que nos acercamos a las celebraciones del Día de Acción de Gracias, es vital que hagamos una evaluación personal para ver si estamos realmente agradecidos o simplemente estamos celebrando otro día festivo. El rey David escribió en el Salmo 69:30 (KJV): “Alabaré el nombre de Dios con cántico, y lo engrandeceré con acción de gracias”. No fueron meramente días festivos para él. Fue un estilo de vida de gratitud por quién es Dios y por todo lo que Dios ha hecho por nosotros. Para el creyente, la acción de gracias debe ser una realidad y una práctica diaria. Salmo 136:1 dice: “¡Oh, dad gracias al Señor, porque él es bueno! Porque para siempre es su misericordia”. En Filipenses 4: versículos 6 y 7, el apóstol Pablo escribió esta poderosa verdad: “Por nada estéis afanosos, sino que en todo, con oración y súplica, con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones a Dios; y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. Entonces, en todas nuestras celebraciones, asegurémonos de estar agradecidos con Dios. No se pierda en las prisas y presiones navideñas. Disfrute este tiempo con familiares y amigos y asegúrese de que Dios esté en el centro de sus celebraciones. Selah.

Esta es la promesa de Dios para nosotros!

Dios es tan amable que invita a todos a la mesa de relación con él. Jeremías 29:13 dice: “Y me buscarán y me encontrarán cuando me busquen con todo su corazón”. Esta es una verdad poderosa. Dios no se esconde. Él se hará disponible para cualquier persona que realmente desee encontrarlo. Piénsalo, si quieres amigos, ¿no tienes que buscarlos? La gente no se presentará a tu puerta y decir que son tus amigos. Tenemos que salir de nuestras zonas de confort y salir para conocerlos. ¿Por qué, entonces, tantos piensan que tienen derecho a pedir por la presencia de Dios en cualquier momento que quieran sin cultivar primero una relación con Él? ¿Cómo te sentirías si un extraño se te acerca y te pide que lo invites a cenar? Pensarías que está loco, ¿no? Sin embargo, eso es lo que muchos le hacen a Dios. Nunca le hablan, lo adoran, ni agradecen su bondad y amor. Pero cuando ellos “lo necesitan” a Él, entonces exigen que Él se presente y cuide de ellos. No es así como funcionan las relaciones sanas. Si lo buscas, lo encontrarás. Si te acercas a Dios, Dios garantiza que Él se acercará a ti. Selah!

Santiago 4:8 “Acércate a Dios con un corazón contrito y Él se acercará a ti”