¡Este es el tipo de creyente que da mucho fruto!

Las escrituras revelan una poderosa verdad. Esta verdad declara que la persona que confía en el Señor es como un árbol que está bien provisto de todo lo que necesita. Los árboles son increíblemente ingeniosos. Su trabajo es irreconocible para la vista. Pero mientras uno piensa que los árboles no están haciendo nada, están haciendo un trabajo poderoso debajo de la superficie. Sus raíces se están moviendo, estirándose, creciendo cavando más profundo, más lejos y más grande. Busca continuamente agua y otros minerales, y nada puede interponerse en su camino. Incluso romperá concreto para obtener lo que necesita. Es tenaz, paciente, consistente. El que confía en el Señor tiene esas cualidades. ¡Decide hoy ser como ese árbol!

Salmos 1:3 (NTV) “Son como árboles plantados a la orilla de un río, que siempre dan fruto en su tiempo. Sus hojas nunca se marchitan, y prosperan en todo lo que hacen”

¡Esta es una disciplina vital que todo Hijo(a) de Dios necesita!

El rey David entendió por revelación lo que Dios le había ordenado a Josué que hiciera. Deléitate en la palabra de Dios. Medita en la palabra de Dios día y noche. Dios le dijo a Josué (Josué 1) que si hacía eso, haría prosperar su propio camino. Imagínate esto…..la persona que medita en la palabra de Dios diariamente, recibe la sabiduría para hacer prosperar su propio camino! El contexto de la palabra próspero aqui es lograr las cosas fundamentales e importantes de la vida, ¡especialmente cumplir la voluntad de Dios en tu vida! Sin embargo, la mayoría de los Cristianos dicen que están demasiado ocupados para dedicar tiempo a la palabra de Dios. Aquí tenemos el secreto de la verdadera prosperidad. ¿Quiénes adoptarán realmente esta disciplina en sus vidas? El que tiene oídos para oír…..

Salmo 1:2 “Pero en la ley de Jehová está su deleite, Y en su ley medita de día y de noche”