2 Corinthians 4:16 (AMP) “Therefore we do not become discouraged [spiritless, disappointed, or afraid]. Though our outer self is [progressively] wasting away, yet our inner self is being [progressively] renewed day by day.” As we age, it becomes apparent that our bodies go through various aging processes. Things that we once took for granted like running, recovering from hard exercise, endless energy, etc., now become more difficult to achieve. Paul knew this truth, but he also did not let that disappoint or discourage him. Instead, he renewed his inner self daily by his relationship with God, and his faith in God’s promises. Life throws many challenges at us that tend to make us afraid and discouraged and if we do not have a vibrant, daily immersion of who we are in Christ, these challenges can deplete our faith to the point where we become spiritless or lose all sense of hope. This is why Jesus taught us to pray DAILY. Our daily spiritual disciplines are more important than many realize. In the same way that we get re-energized when we eat and sleep, we also receive new strength when we spend quiet time alone with God in personal prayer and daily meditation on His word. His word is spiritual food for us, and prayer is spiritual exercise. We draw confidence and increase of faith as we spend time with God. His Presence is life to us. Determine to be like Paul. Although he naturally aged, his inner self was continually renewed day by day!
¡Así es como renovar tus fuerzas cada día!
2 Corintios 4:16 (AMP) “Por lo tanto, no nos desanimamos [sin espíritu, sin decepción ni con miedo]. Aunque nuestro ser externo se está [progresivamente] consumiendo, sin embargo, nuestro ser interior se renueva [progresivamente] día a día”. A medida que envejecemos, se hace evidente que nuestros cuerpos pasan por varios procesos de envejecimiento. Las cosas que una vez dimos por sentado, como correr, recuperarse de un ejercicio intenso, una energía infinita, etc., ahora se vuelven más difíciles de lograr. Pablo conocía esta verdad, pero tampoco dejó que eso lo decepcionara ni lo desanimara. En cambio, se renovó diariamente en su interior por su relación con Dios y su fe en las promesas de Dios. La vida nos presenta muchos desafíos que tienden a asustarnos y desanimarnos y, si no tenemos una inmersión diaria y vibrante de lo que somos en Cristo, estos desafíos pueden agotar nuestra fe hasta el punto en que nos volvemos sin espíritu o perdamos todo el sentido de esperanza. Por eso Jesús nos enseñó a orar DIARIAMENTE. Nuestras disciplinas espirituales diarias son más importantes de lo que muchos se dan cuenta. De la misma manera que nos volvemos a energizar cuándo comemos y dormimos, también recibimos nuevas fuerzas cuando pasamos un tiempo a solas con Dios en oración personal y meditación diaria en Su palabra. Su palabra es alimento espiritual para nosotros, y la oración es ejercicio espiritual. Obtenemos confianza y aumentamos la fe a medida que pasamos tiempo con Dios. Su presencia es vida para nosotros. Determine ser como Pablo. A pesar de que envejeció naturalmente, ¡su ser interior fue renovado continuamente día a día!