En Jeremías 29:12, el Señor nos recuerda que Él escucha nuestras oraciones. “Entonces me invocarás y irás a orarme, y yo te escucharé”. Dios no es hombre para que mienta. Cuando Él promete algo, puedes confiar en Su palabra. La vida puede ser traicionera y peligrosa, y puede estar plagada de desafíos repentinos. Cuando oramos a Dios, Él escucha nuestras oraciones. Así que acude a Dios diariamente y siéntete libre de pedirle diariamente protección, provisión, sabiduría, gozo y paz. Le ama bendecir a su pueblo con cosas buenas y lo mejor es una relación con Dios todos los días. Él es vuestro lugar de seguridad y protección. ¡Nunca olvides eso!
Salmos 91: 1, 2 “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: ‘Esperanza mía y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré’ ”
