Hubo muchas ocasiones en que el rey David estaba angustiado. A veces las condiciones se volvieron tan duras que si no fuera por su fe en Dios, habría sido destruido. Pero constantemente clamaba a Dios y pedia su ayuda. El Salmo 18:6 dice: “En mi angustia invoqué al Señor; clamé a mi Dios, y él me escuchó desde su templo; ¡mi clamor llegó a sus oídos!. Sabía que Dios lo escucharía y lo libraría de las manos de sus enemigos. Hoy, es posible que estés experimentando tu propia angustia. Es posible que haya llegado al punto en que su energía emocional se haya agotado. Recuerda David. El clamaba a Dios en medio de su crisis o angustia. Sabía que sin la ayuda de Dios, sería destruido por sus enemigos. Sin embargo, Dios escuchó sus oraciones y lo ayudó en su angustia. En temporadas de angustia, hacemos bien en clamar a Dios. Él escucha nuestras oraciones. Clama a Dios hoy. La gracia y la paz sobrenatural están disponibles.
Salmo 20:1 “Que el Señor te responda cuando estés angustiado; que el nombre del Dios de Jacob te proteja”