¿Estás aportando alegría y honor a tus relaciones?

El apóstol Pablo escribió sobre la preciosa relación que tenía con Timoteo. Como mentor, disfrutaba de esa preciosa relación espiritual padre/hijo. Hay varias ideas al respecto. El primer punto importante es que honraba, apreciaba y sentía pasión por su responsabilidad como padre/mentor espiritual. El amaba la oportunidad de dar su vida, experiencia y sabiduría a la generación más joven. El segundo punto es que Timoteo era un hijo/aprendiz espiritual fiel, agradecido y respetuoso. Honraba a Pablo dondequiera que iba. Representó a Cristo honorablemente y atesoró todo lo que Pablo le enseñó. Por esto, llego a ser un pastor y líder efectivo en su generacion. ¿Eres un padre espiritual o un hijo/hija espiritual? ¿Aportas alegría y honor a tu(s) relación(es)? Como hijo/hija espiritual, ¿su mentor experimenta alegría al servirle en esta capacidad? ¡Solo aquellos que honran estas relaciones reciben la plenitud de la impartición de sabiduría, conocimiento e influencia que pueden impulsarlos a un ministerio efectivo y duradero que agrada a Dios e impacta positivamente a su generación!

2 Timoteo 1:4 (NTV) “Tengo muchos deseos de volver a verte porque no me olvido de tus lágrimas cuando nos separamos. Y me llenaré de alegría cuando estemos juntos otra vez”

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