Salmo 91:2 “Diré del Señor, Él es mi refugio y mi fortaleza; Dios mío, en Él confiaré”
La palabra refugio significa: “refugio o protección contra el peligro o la angustia; algo a lo que se recurre en la dificultad”. El versículo implica que Dios es un refugio donde podemos ir y estar protegidos del peligro o la angustia. Él es nuestra roca, adónde podemos acudir cuando experimentamos dificultades en la vida. Él es también nuestra fortaleza. Una fortaleza es: “un castillo o fortaleza muy bien construida donde el enemigo no puede acceder. Es un lugar de seguridad o supervivencia”. Por lo tanto, Dios es nuestro lugar de protección. En Él, podemos estar seguros. Él nos protege de todos los ataques del enemigo.
¡Declara el Salmo 91:2 todos los días sobre ti y tu familia! ¡Él es nuestro refugio y fortaleza, y podemos confiar en Él!
Oración:
Padre Celestial, gracias por el refugio y fortaleza que Tú me has provisto. Tú eres mi refugio y me consuelo en tu Presencia. En este lugar, el enemigo no puede entrar. Estoy seguro en Ti. Gracias por protegerme de todos los ataques del enemigo. ¡Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece hoy! Declaro esto en el Nombre de Jesús, ¡Amén!