Nos sentimos seguros y bendecidos cuando un buen amigo nos promete algo importante y luego se mantiene fiel a su palabra, especialmente cuando es importante para nosotros. Bueno, no hay promesas más importantes que las que Dios nos dio. Estos son los más importantes: Juan 3:16 “Porque tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna”. Y Juan 10:10 dice: “El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia”. Dios prometió que nos ama. Él nos prometió que en Cristo tendremos vida eterna. Nos prometió una vida más abundante. La clave aquí es que podemos confiar en el. El es fiel y no puede fallar. Esto nos da confianza, paz y seguridad, tanto ahora como por la eternidad. Mientras Dios esté conmigo, puedo atravesar las dificultades de la vida porque sé que Él está conmigo en cada paso del camino. ¡Su plan para nuestro destino es seguro y su plan nunca fallará!
Salmo 33:11 (TPT) “Su plan de destino para la tierra es seguro. Su plan para siempre permanece en su lugar y nunca fallará”.