El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor. El proverbista enseñó que en todos nuestros logros, debemos obtener sabiduría. La sabiduría prolongará nuestros días. La sabiduría revelará estrategias y oportunidades en momentos clave de nuestras vidas que traerán gloria a Dios y beneficiarán a nuestras familias y comunidades. Es una gran sabiduría amar a nuestros vecinos. Jesús enseñó que debemos amar a nuestro prójimo como nos amamos a nosotros mismos. Donde hay amor por los vecinos, hay vida, buena voluntad, provisión para todos, y Dios está complacido. Cuando amemos a nuestros vecinos, no los derribaremos. No buscaremos destruirlos. Solo buscaremos construirlos y deseamos lo mejor para ellos. Hoy, deje que la luz del Evangelio de Jesucristo brille a través de usted para que sus vecinos puedan ver el amor de Dios y estar conectados con Él en Cristo. Recuerde, somos sus embajadores!
Proverbios 11:12 “El que está desprovisto de sabiduría menosprecia a su prójimo, pero el hombre entendido calla”