Hay muchos que persiguen las riquezas y emplean todos los medios necesarios para hacerlo. Ellos disfrutan de sus riquezas por una temporada. Sin embargo, su falta de integridad los atrapa tarde o temprano, y terminan pagando un precio demasiado alto por su prosperidad temporal. Sin embargo, los justos toman medidas para obedecer la forma justa de hacer negocios y comercia. Puede que no parezcan estar prosperando, pero poco a poco aumentan, y con el tiempo tienen más que suficiente, y pueden dormir por la noche en paz. No es así con los malvados. Están constantemente preocupados de que alguien les quite sus riquezas. Se sienten tan consumidos por sus riquezas, que finalmente no los disfrutarán. Nunca persiga las riquezas. Trabaja honestamente y con integridad. Dios honrará tu obediencia y sabiduría, y podrás prosperar y disfrutar, con paz y alegría.
Proverbios 10:22 – La bendición de Jehová es la que enriquece,
y no añade tristeza con ella.