I am very concerned with many in the Body of Christ today. The Scriptures give a very clear and unambiguous description of what the works of the flesh and the fruit of the Spirit are. They are listed in Galations 5: 19-23. It’s very simple. If you are continually manifesting the works of the flesh, you are NOT led by the Spirit. In Ephesians 2: 1-6, it clearly says that we once walked according to the course of this world, according to the prince of the power of the air, the spirit who now works in the sons of disobedience, among whom also we all once conducted ourselves in the lusts of our flesh, fulfilling the desires of the flesh and of the mind, and were by nature children of wrath, just as the others (verses 2 & 3). So since we born again, and the Spirit of God dwells in us, we should NOT be walking in the lusts of the flesh any longer, period! So in this season, each of us must make a self inventory of our actions and lifestyle, not because we want to be seen as religious by others, but out of a deep and loving relationship with our Heavenly Father. And remember, you can’t please God in your own strength and works. We all need the Holy Spirit’s help each and every day. The Lord Jesus sent the Holy Spirit, the Advocate to live in us and help us in this life. He will help and strengthen us to live in the Spirit, and be able to continually reject the works of the flesh, which no longer belong to our nature. We are now children of God, not sons of disobedience. Live and walk as the child of God that you are. Let the world see the difference between the child of God and the sons of disobedience, Selah!
¿Ve el mundo alguna diferencia hoy en día?
Estoy muy preocupado por muchos en el Cuerpo de Cristo hoy. Las Escrituras dan una descripción muy clara e inequívoca de lo que son las obras de la carne y el fruto del Espíritu. Están enumerados en Gálatas 5: 19-23. Es muy simple. Si estás continuamente manifestando las obras de la carne, NO eres guiado por el Espíritu. En Efesios 2: 1-6, dice claramente que “en ese tiempo también todos nosotros vivíamos como ellos, impulsados por nuestros deseos pecaminosos, siguiendo nuestra propia voluntad y nuestros propósitos.[a] Como los demás, éramos por naturaleza merecedores de la ira de Dios” (versículos 2 y 3). Entonces, ya que nacimos de nuevo, y el Espíritu de Dios mora en nosotros, ¡NO deberíamos andar más en los deseos de la carne! Así que en esta época, cada uno de nosotros debe hacer un inventario de sus acciones y estilo de vida, no porque queramos ser vistos como religiosos por los demás, sino por una relación profunda con nuestro Padre Celestial. Y recuerda, no puedes agradar a Dios con tus propias fuerzas y obras. Todos necesitamos la ayuda del Espíritu Santo todos los días. El Señor Jesús envió al Espíritu Santo, el Abogado, para que viviera en nosotros y nos ayudara en esta vida. Él nos ayudará y nos fortalecerá para vivir en el Espíritu y poder rechazar continuamente las obras de la carne, que ya no pertenecen a nuestra naturaleza. Ahora somos hijos de Dios, no hijos de desobediencia. Vive y camina como el hijo o hija de Dios que eres. ¡Que el mundo vea claramente la diferencia entre el hijo de Dios y los hijos de desobediencia, Selah!