Me recuerdo el dia cuando tuve el privilegio de estar en un barco en el mar de Galilea, no pude evitar recordar que hubo un momento en que una tormenta se levantó en ese mismo mar mientras Jesús y los discípulos estaban en un barco. Estaba dormido durante la tormenta mientras los discípulos temían por sus vidas. Un colega y yo discutimos dos escenarios aquí. La primera fue que, a pesar de que el Señor de los Señores estaba en el barco, los discípulos temían la tormenta porque no se dieron cuenta de quién era realmente Jesús. El segundo fue que aunque Jesús estaba en esa tormenta, estaba en paz. Lo que me doy cuenta es que la verdadera paz no es la ausencia de tormentas a tu alrededor. La paz verdadera es Jesús estando en tu “bote de tu vida”. Él es el que puede darnos la verdadera paz. Cuando abrazamos Su Señorío en nuestras vidas, aunque haya tormentas a tu alrededor, estarás en paz en tu corazón y en tu mente, porque sabes que Él es más grande que la tormenta, y es capaz de hace mucho mas de lo que pedimos o pensamos (Efesios 3:20). ¿Estás en una tormenta en este momento? Clama a Jesús, y Él calmará las tormentas!
Lucas 8: 23-25 “Mientras navegaban, Jesús se quedó dormido. Pero se desencadenó en el lago una tempestad con viento, de tal manera que la barca se inundó y corrían el peligro de naufragar. Los discípulos despertaron a Jesús y le dijeron: «¡Maestro, Maestro, estamos por naufragar!» Entonces Jesús despertó, reprendió al viento y a las olas, y éstas se sosegaron, y todo quedó en calma. Jesús les dijo: ¿Dónde está la fe de ustedes? Pero ellos, temorosos y asombrados, se decían unos a otros: ¿Quién es éste, que hasta a los vientos y a las aguas les da órdenes, y lo obedecen?”