La creatividad de Dios no tiene límites. Me encanta que Él nos hizo a todos únicos y especiales, al igual que nuestras huellas digitales. No hay huella digital que sea igual. De la misma manera, Él nos dio a cada uno habilidades y talentos increíbles, para que podamos glorificarlo y ser una bendición en nuestra generación. Le dio a Moisés la enorme tarea de construir el primer tabernáculo. Esta fue una tarea gigantesca. Sin embargo, Dios nunca quiso que Moisés lo construyera solo. En Éxodo 31, le reveló a Moisés que le había dado hombres dotados y talentosos que podrían realizar todos los proyectos relacionados con la construcción del tabernáculo. Lo que me sorprendió es cómo Dios fue quien le dio sabiduría a uno para trabajar con obras artísticas, con oro y plata. Y a otros, le dio sabiduría para trabajar con madera y con tela. Cada hombre había recibido sabiduría de Dios para tener un lugar en la construcción del tabernáculo. Hoy, Dios te está recordando que te dio una sabiduría única para construir en esta generación. No sé cuáles son tus dones, pero tú sí lo sabes. Nunca dejes que el diablo te engañe haciéndote creer que eres inútil. Eres precioso y necesario. Sabes algo, ya es hora de empezar a construir. ¡Vamos a construir juntos!
Éxodo 31: 1-5 “Habló Jehová a Moisés y le dijo: Mira, yo he llamado por su nombre a Bezaleel hijo de Uri hijo de Hur, de la tribu de Judá, y lo he llenado del espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte, para inventar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, para labrar piedras y engastarlas, tallar madera y trabajar en toda clase de labor”