Amo el poder alabar a Dios con su pueblo en los servicios dominicales. Hay algo precioso en ese tiempo corporativo. Sin embargo, David, que era un adorador, lo llevó a otro nivel. No solo alababa a Dios continuamente, sino que también daba gracias continuamente por todo lo que Dios hizo por él y su pueblo. El Salmo 69:30 dice: “Alabaré el nombre de Dios con una canción, y lo magnificare con acción de gracias”. Muchas personas van a la iglesia de vez en cuando e incluso cantan junto con el coro o el equipo de adoración. Pero no todos los que alaban están agradecidos de Dios. Muchos se quejan continuamente de sus vidas y nunca reconocen la bondad de Dios que los rodea. Están tan ocupados enfocándose en lo que no poseen, que no pueden ver lo que Dios ha hecho por ellos. La palabra magnificar significa: “hacer que tenga en mayor estima o respeto; aumentar en importancia; ampliar de hecho o en apariencia”. ¿Está magnificando su problema con mayor estima? ¿Estás causando que tus problemas aumenten en importancia? ¿Estás ampliando los negativos a tu alrededor? David continuamente tenía a Dios en mayor estima. Para David, la bondad de Dios era más significativa que cualquier problema. Él amplió la bondad de Dios con sus alabanzas, testimonios y acción de gracias. Haz una evaluación hoy. ¿Qué estás “magnificando” en tu vida y tus acciones? Selah
Que es gloria?
La palabra o término “gloria” es a menudo mal entendida. Muchos lo usan como parte de su lenguaje de adoración. Algunos dirán “gloria a Dios” con respeto. Pero encuentro que muchos no entienden qué es la gloria cuando se les pregunta. En las escrituras del Antiguo Testamento, gloria es la palabra “Kabod” que significa: honor, gran cantidad, riqueza, reputación, majestad, esplendor. Cuando decimos “gloria a Dios”. Le estamos atribuyendo el hecho de que El merece recibir el más alto honor. Su inmensa riqueza es infinita. Su reputación es perfecta y hay que alabarlo sobre todo. Su majestad (dignidad, magnificencia, grandeza, esplendor, majestad y admiración), es del más alto nivel. Hay varias formas en que mostramos la gloria de Dios: Cuando oramos, destacamos su fidelidad y amor. “Llámame en el día de la angustia y te rescataré y tú me glorificarás” (Salmo 50:15). Cuando damos gracias, estamos demostrando que Él es el dador de todo don bueno y perfecto. “El que ofrece un sacrificio de acción de gracias me glorifica” (Salmo 50:23). Cuando producimos fruto, estamos compartiendo por extensión su amor a la humanidad. “Mi Padre es glorificado por esto, que llevas mucho fruto” (Juan 15:8) Cuando perdonamos a otros, expresamos el asombroso amor, la bondad y la misericordia de Dios que se expresó en la cruz. “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” (Mateo 6:12). Hay tantas otras formas en que podemos traerle gloria. Entonces recuerda, al reflejar su majestad y gracia en nuestras acciones diarias, El es glorificado. ¡Así que saca tiempo a lo largo del día para darle gloria! ¡Definitivamente es digno!
Salmo 96:8 ¡Den al Señor la gloria que merece! Lleven ofrendas y entren en sus atrios.