Al leer el libro de los Salmos, podemos ver claramente que el rey David amaba al Señor y su palabra. Podemos verlo fácilmente en sus escritos. Su corazón por Dios se revela en cada salmo. Él dijo esto en el Salmo 119: 167 “Mi alma guarda tus testimonios; los amo en extremo”. Tenga en cuenta que no fue de labios solamente. ¡Honró la Palabra de Dios con su misma alma! Amaba a Dios con todo su ser. Esto es fundamental porque Dios conoce quienes lo aman con todo su corazón y a quienes solo lo honran con sus labios. Mateo 15: 8 dice: “Estas personas se acercan a mí con su boca, y me honran con sus labios, pero su corazón está lejos de mí”. Asegurémonos de que nuestros corazones estén bien con Dios. El verdadero amor y honor es una acción del corazón. Sé como David, que amaba a Dios y su palabra con toda su alma.
Es tiempo para que tu alma sea refrescada!
Uno de los ataques más destacados que el enemigo lanza contra nosotros es el ataque contra nuestra fe y confianza en Dios y su palabra. Si él puede sacarnos de nuestra fe y confianza, perdemos nuestra valentía. Por eso es tan vital que nos conectemos con Dios todos los días. Cuando invocamos a Dios y, en algunos casos, clamamos a Dios, Él nos escucha, y su Espíritu y Su palabra nos aseguran que Él está con nosotros. Él nunca nos deja ni nos abandona. El rey David dijo esto en el Salmo 138:3: "Cuando te llamé, me respondiste;me infundiste animo y renovates mis fuerzas. Él sabe que su fuerza vino de Dios. Cuando clamó a Dios, recibio valentía y fortaleza en su alma. Cuando atravesamos dificultades en la vida, necesitamos valentía y fortaleza en nuestras almas. No podemos luchar efectivamente si somos derrotados por dentro. Hoy clama a Dios. Él escucha a sus hijos. Por Su Espíritu y su palabra, Él restaurará tu fe, valentía y confianza, y renovará tu fuerza en el interior. ¡Tu alma será renovada y alentada para que puedas terminar fuerte!