Amor es la llave!

La voluntad de Dios es que seamos libres para poder servirle con gozo y paz. Pablo nos advierte que tengamos cuidado con nuestra libertad. Muchos usan su libertad para hacer lo que agrada a su naturaleza pecaminosa. Estamos llamados a servirnos unos a otros con amor. Las Escrituras nos enseñan a amar a nuestro prójimo de la misma manera que nos amamos a nosotros mismos. Esa es una tarea difícil, pero el Espíritu Santo te dará la gracia y la fuerza para hacerlo. Es hora de rechazar las acciones y los comportamientos que nos hacen lastimarnos y destrozarnos. Es hora de volver a amarnos como Dios nos ama.

Galatas 5:13-15  “Pues ustedes, mis hermanos, han sido llamados a vivir en libertad; pero no usen esa libertad para satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa. Al contrario, usen la libertad para servirse unos a otros por amor. Pues toda la ley puede resumirse en un solo mandato: «Ama a tu prójimo como a ti mismo», pero si están siempre mordiéndose y devorándose unos a otros, ¡tengan cuidado! Corren peligro de destruirse unos a otros.”

Veras Su Rostro!

Dios es completamente santo y justo! Eso es su naturaleza. Solo lo que es santo y justo puede entrar en su presencia. Él ama a los que son justos. La palabra justo significa actuar de acuerdo con la ley divina o moral; libre de culpa o pecado. Las escrituras revelan que, en virtud de la obra terminada de Cristo en la cruz, los que nacen de nuevo son declarados justos en los ojos de Dios. Dios los ve como  justicia de Dios en Cristo (2 Corintios 5:21). Esto es precioso porque en Salmos 11:7 (AMPC), dice: “Porque el Señor es rígidamente justo, Él ama los actos justos; los rectos verán su rostro, o Él ve a los rectos”. Debido a que ahora somos la justicia de Dios en Cristo, tendremos el privilegio de verlo cara a cara. Por lo tanto, nunca olvides que sus acciones justas (aquellas acciones que se alinean con su voluntad y su amor) están abriendo el camino para que te pares en la presencia de Dios un día sin culpa ni temor. Tus sacrificios de amor y obediencia no son en vano. Dios te ve y se regocija en ti. ¡Eres más que conquistador a través de aquel quien nos ama y dio su vida por nosotros!

Salmos 11:7 (AMPC) “Porque el Señor es (rígidamente) justo, Él ama los actos justos; los rectos verán su rostro, o Él ve a los rectos”.