Su protección esta sobre ti!

Los problemas llegan a todos de vez en cuando. Sin embargo, Isaías 43: 2 declara: “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y por los ríos no te desbordarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni te abrasará la llama”. Dios está contigo y no permitirá que la calamidad te abrume. Proverbios 19:23 declara que “el temor del Señor conduce a la vida, trayendo la seguridad y la protección del daño”. Cuando entregas tu vida y tu futuro al Señor, Él enviará a Sus ángeles para protegerte. Incluso en medio de problemas, puedes estar en paz, sabiendo que Él está contigo.

Proverbios 12:21 (TPT) – No se permite que la calamidad abrume a los justos, pero no hay nada más que problemas esperando a los malvados.

¡Tu victoria está asegurada!

Dos poderosas verdades que los antiguos discípulos sabían acerca de su relación con Dios fueron: a) Eran más que vencedores por medio de Cristo y, b) nada podía separarlos del amor de Dios que está en Cristo Jesús nuestro Señor. Puede que estés atravesando la batalla de tu vida en este momento. Puede estar experimentando pruebas, tribulaciones, estrés, deudas financieras, enfermedad, traición y otros desafíos similares, ¡pero el Señor le recuerda hoy que USTED es más que un vencedor! El Espiritu Santo reside dentro de ti, y aunque estés atravesando una lucha desafiante de tu fe, saldrás en la cima porque si Dios es para ti, ¡quién puede estar en tu contra! Nada te separará de su amor. Su amor es feroz. Su amor es fiel. Su amor vence toda oscuridad y destrucción. ¡Su amor venció a la muerte, el infierno y la tumba! ¡En medio de tu lucha, Clama al Señor con voz de triunfo y jubilo! Este es el día que hizo el Señor. ¡Me regocijare y me alegraré en El! ¡Tu victoria está asegurada en Cristo!

Romanos 8: 37-39 “Sin embargo, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó. Porque estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni los poderes, ni las cosas presentes, ni las cosas por venir, ni la altura. ni la profundidad, ni ninguna otra cosa creada, podrá separarnos del amor de Dios que está en Cristo Jesús nuestro Señor “