El escucha y libera!

Hay momentos en nuestras vidas que no tenemos respuesta a los desafíos y problemas que se nos presentan. El rey David tuvo muchos problemas y desafíos enormes como rey. Fue durante estos tiempos que clamaba a Dios, pidiendo por sabiduría y estrategia. El Salmo 119: 169 (NET) dice: “¡Escucha mi clamor de ayuda, oh Señor! ¡Dame entendimiento por tu palabra!” Confiaba en Dios en las circunstancias más difíciles, como el tiempo que el tuvo que enfrentar un gigante, o cuando su propio equipo quería matarlo con piedras. Él siempre fue a Dios en adoración y oración. Dios siempre le respondió, ya sea a través de Su palabra, o por medio de un profeta, Dios siempre fue fiel para darle la perspectiva o estrategia que necesitaba en ese momento. Usted podría estar en una situación similar en este momento. La mayoría solo permitiría que el estrés, la preocupación, el miedo y la ansiedad se hicieran cargo. Pero Dios te recuerda hoy que Él está contigo, y que la estrategia y la sabiduría están de camino. Él ha escuchado tu clamor y tus oraciones, y Él te dará sabiduría, estrategia, favor y perspective divina.

Salmo 81: 7 (DHH) “En tu angustia me llamaste, y te salvé; te contesté desde la nube que tronaba”

No te rindas! Haz esto en su lugar.

Parte del entrenamiento que el Señor Jesús dio a los Apóstoles fue la importancia de nunca rendirse y desanimarse en medio de cualquier crisis o problema. Lucas 18: 1 dice: “Ahora Jesús les estaba contando a los discípulos una parábola para aclarar que en todo momento deben orar y no darse por vencidos y desanimarse”. Jesús nunca dijo nada sin una razón importante. Él sabía que encontraríamos grandes dificultades en la vida y, debido a esto, necesitamos saber que tenemos poderosas armas de guerra, los cuales son: ¡Oración y mantenernos parados firme en sus promesas! Juan 16:33 dice: “Te he dicho estas cosas, para que en Mí tengas paz [perfecta]. En el mundo tendras tribulación, angustia y sufrimiento, pero sé valiente [ten confianza, no te desanimes, llénate de alegría]; he vencido al mundo. “[Mi conquista se ha logrado, mi victoria permanece]. Hoy, anímate. Dios te recuerda que Él ya ganó la batalla por ti. Mantente firme en la fe. Ponte toda la armadura de Dios. Sométete a Dios, resiste al diablo y de vosotros huirá (Santiago 4: 7). ¡Mantente firme en la victoria que Jesús ya ganó para nosotros!