Hoy celebramos la aprobación de la Declaración de Independencia. Fue firmado por 56 hombres en representación de las 13 colonias. Fue entonces cuando se separaron del gobierno británico porque ya no podían someterse a sus leyes y deseaban adorar a Dios sin ninguna restricción. Es comprensible romper con un sistema y un gobernante que es tiránico y quita las libertades de su pueblo. ¡Sin embargo, deseaban adorar al Rey de reyes y al Señor de señores! No tenían ningún problema dependiendo de Dios. ¡Mientras declararon su independencia del rey británico, declararon su dependencia en Dios! El rey David dijo una vez: “¡Porque Tú eres mi única esperanza, Señor! He confiado en ti toda mi vida. Fuiste Tú quien me apoyó desde el día en que nací, ayudándome en el viaje de mi vida. Me has convertido en un milagro. No me sorprende que confíe en ti y te alabo para siempre. Muchos se maravillan de mi éxito, ¡pero sé que todo esto se debe a ti, mi poderoso protector!” Salmo 71: 5-7 Hoy, mientras celebramos el Día de la Independencia, no olvides tomarte un tiempo para agradecer a Dios por su amabilidad y amor. Agradézcale por las libertades que disfrutamos en esta gran tierra. Las libertades como poder adorar libremente, trabajar y ganarse la vida, o construir un negocio y ayudar a la humanidad, viajar a donde queramos ir, cuando queremos ir. No tomes estas libertades a la ligera. Vienen a un gran costo! ¡Que tengas un buen 4 de julio!
“En este continente nunca debemos olvidar que los hombres primero cruzaron el Atlántico no para encontrar tierra para sus arados, sino para asegurar la libertad de sus almas. – Robert J.