La oración del Padre Nuestro nos enseña un principio poderoso!

El Señor Jesús nos enseñó el modelo perfecto de oración. Él compartió varios principios que están incrustados en la oración del Señor. El primer principio es que podemos orar con confianza, porque estamos orando a Nuestro Padre. Él es un Padre perfecto y fiel. Él es un modelo para todos los padres. Él ama a sus hijos. Él cuida de sus hijos. Él escucha a sus hijos. Él provee para sus hijos. Él protege a sus hijos. Él responde a sus hijos. Él les da a sus hijos un destino y un propósito piadosos. Él nunca deja ni abandona a sus hijos. Él corrige a sus hijos. Él coloca a sus hijos en su familia y les da una herencia. Podemos confiar en nuestro Padre celestial. Nuestras oraciones tienen poder y autoridad porque somos sus hijos, y Él escucha las oraciones de sus hijos.

Mateo 6:9 “De esta manera, ora: Padre nuestro, cielo, santificado sea tu nombre”

Has experimentado su presencia?

Cada criatura tiene un entorno óptimo que les permite vivir y prosperar. Para los peces, es el océano. Para el pájaro, es el cielo. Para el cristiano, es la presencia de Dios. Salmo 140: 13 “Ciertamente los justos darán gracias a tu nombre; los rectos morarán en Tu presencia”. En su presencia, somos fortalecidos. Somos limpios. Recibimos el gozo de Jehovah. Recibimos sabiduría. Estamos protegidos. Recibimos su misericordia. Estamos protegidos de nuestros enemigos. Estamos seguros. Somos amados con su amor eterno. Vemos con sus ojos. Sentimos su corazón. Recibimos respuestas para nuestras oraciones. Experimentamos el poder de la resurrección. Recibimos sanidad espiritual, mental y emocional. Su presencia es el lugar donde vivimos y prosperamos. ¿Has experimentado su presencia?

Salmo 16:11 “Me mostrarás el camino de la vida; en Tu presencia hay plenitud de gozo”.