En la parábola del sembrador, Jesús enseña que la semilla es la palabra de Dios y el buen terreno es el corazón (Marcos 4: 14, 15 Versión amplificada). Jesús enseñó que cuando el corazón es receptivo, recibe la palabra, y la semilla multiplicara muchas veces. Aquí está el desafío: ¡muchos cristianos no están creciendo en su fe, ni en el conocimiento de la palabra de Dios! Lo que esto significa es que han permitido condiciones en sus corazones que alteran la capacidad de recibir y creer en Su palabra. La parábola del sembrador en realidad describe cuatro tipos diferentes de terreno. La primera área permitió que el enemigo removiera la semilla una vez que había sido sembrada. El segundo no permitió que se formara un buen sistema de raíces, por lo que las pequeñas plantas morían rápidamente. La tercera semilla se plantó junto a la cizaña,y por eso la planta se ahogó y se asfixió. La cuarta semilla fue plantada en buen terreno, por lo qual dio mucho fruto. Si estás permitiendo que entren en tu corazón las condiciones que causan duda y temor, el enemigo te robará la sabiduría de la palabra. Si no te fundas en Dios y en Su palabra, la infección de problemas y desafíos a tu fe destruirá tu fe. Si siempre estás escuchando a aquellos que solo critican, se quejan, dudan y temen, esto estrangulará tu fe y quedarás espiritualmente paralizado. Esto matará tu discernimiento espiritual, y por eso te volverás espiritualmente muerto. ¿Qué terreno representa tu corazón? Asegúrese de que sea buen terreno, receptiva a Dios y su Palabra. Permita que su palabra sature, penetre y eche raíces en su corazón. ¡Dará buenos frutos, treinta, sesenta y cien veces!
Mateo 13: 8 (Ampc) “Otras semillas cayeron en buen terreno y produjeron grano, unas cien veces más de lo que se sembró, unas sesenta veces más y unas treinta”.