Génesis 2:15 “Y el Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el Jardín del Edén para cuidarlo y guardarlo”. Este versículo revela algo muy poderoso para nosotros. Dios nos hizo a su imagen y semejanza. Sabemos que Dios trabajó seis días y luego descansó. Después de eso, miró su trabajo y dijo que era “muy bueno”. Luego nos creó para también poder producir grandes cosas a través de nuestro trabajo. En ese versículo, dice que puso al hombre en el jardín para cuidarlo, guardarlo y conservarlo. La palabra cuidar en el lenguaje original también significa cultivar. Cultivar significa: “fomentar el crecimiento, mejorar mediante el trabajo”. Dios nos ha dado a cada uno de nosotros un jardín para cuidar, proteger y mantener. Es nuestra responsabilidad fomentar el crecimiento en nuestro jardín y mejorar todo lo que nos rodea mediante nuestro trabajo y cuidado. Es inaceptable dejar que las cosas caigan en desorden. Todos los hermosos jardines requieren mucho trabajo. Todos admiramos los magníficos jardines, pero pocos se dan cuenta de cuánto trabajo le costó lucir tan hermoso. ¿Cuál es el jardín que Dios te ha dado? ¿Son tus hijos? ¿Es tu ministerio? ¿Es tu trabajo? ¿Es tu comunidad? Dios trabajó, y después de terminar, dijo que era “muy bueno”. Cuando Dios mire tu jardín, ¿dirá: “Bien hecho siervo bueno y fiel?”
Estas en comunión?
Hay varios significados para la palabra comunión. Entre ellos se encuentran: “Comunidad de interés, actividad, sentimiento o experiencia. Una compañía de iguales o amigos. Compañerismo. Compañía”. También hay una palabra griega para la comunión, Koinonia, que significa: “comunión cristiana”, literalmente “comunión”, de la palabra griega: koinos, que significa: común. En la verdadera comunión, no hay elitismo. Hay un sentido de beneficio mutuo. En algunos casos es como una familia. En comunión, existe el intercambio de ideas, recursos, amor, cuidado, beneficio mutuo, entre otras cosas. Cuando nos convertimos en parte de una iglesia local, nos convertimos en parte de una comunidad, donde alabamos a Dios juntos, nos bendecimos unos a otros, aprendemos juntos, ministramos y servimos juntos a la comunidad. Pero la parte más importante de nuestra comunión es con Dios mismo. Salmos 138: 6 (AMP) dice: “Aunque el Señor es exaltado, considera a los humildes [y los invita a su comunión]; pero a los soberbios y altaneros los conoce desde la distancia”. Dios te está invitando a tener comunión y pasar tiempo con él diariamente. Jesús nos enseñó a orar diariamente al Padre Celestial. Esto no es nuevo Enoc tenia comunión diaria con Dios: Génesis 5:22 (AMP) “Enoc caminó [en comunión habitual] con Dios trescientos años después del nacimiento de Matusalén y tuvo otros hijos e hijas”. Enoc agradó a Dios. Pablo le enseñó a la iglesia en Éfeso que en Cristo, estamos en comunión unos con otros y estamos siendo edificados juntos para que Dios pueda habitar en nosotros y entre nosotros. Efesios 2:22 (AMP) “En Él [y en comunión unos con otros] estan siendo edificados juntos en una morada de Dios en el Espíritu”. Por lo tanto, entienda que ser parte de Su Cuerpo es más que simplemente asistir a una iglesia local; ustedes son parte de la Iglesia que es Su Cuerpo. Estás en comunión con Dios y con Su Cuerpo? ¡No hay mayor compañerismo que eso!