En Él, venceremos!

El Señor Jesús compartió que experimentaríamos dificultades en esta vida, pero enfáticamente nos hizo saber que en Él tenemos perfecta paz y confianza. Juan 16:33 (AMPL) dice: “Te he dicho estas cosas, para que en Mí tengas [perfecta] paz y confianza. En el mundo tendrás tribulación y pruebas, angustia y frustración; pero ten buen ánimo [Ánimo, confianza, aseguranza, sin temor!] Porque he vencido al mundo. [Lo he privado de poder para lastimarte y lo he conquistado por ti.] “Podemos tener valor en Él porque Él venció al mundo. Ha privado al enemigo del poder de dañarnos y lo ha conquistado. En pocas palabras, ¡en Él, venceremos!

¡Dios envió esto para que cumpliera su voluntad!

Las palabras tienen poder para impactar el presente y el futuro. Tenemos que tener cuidado con lo que decimos, tanto a nosotros mismos como a los demás. Las palabras pueden cambiar un entorno en un instante. Las palabras pueden cambiar la tristeza y la desesperación a alegría y celebración. Ahora vamos al siguiente nivel. El Señor Jesús dijo: “El Espíritu da vida; la carne no vale para nada. Las palabras que les he hablado son espíritu y son vida. (Juan 6:63)”. La palabra de Dios contiene vida. Cuando hablamos o declaramos la palabra de Dios sobre nuestras circunstancias o situaciones, estamos desatando la vida de Dios en nuestro entorno. Isaías 55:11 dice: “Así será mi palabra que salga de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que cumplirá lo que me plazca, y prosperará en lo que lo envié”. Cuando se declara la palabra de Dios, nunca vuelve vacía. Hay poder eterno en la palabra. Así que la próxima vez que ores, asegúrate de orar la palabra de Dios. Tus opiniones pueden fallar, pero la palabra de Dios cumplirá lo que Dios la envió a hacer. No solo ores emocionalmente, ores escrituralmente. No solo viva emocionalmente, viva escrituralmente. La palabra de Dios traerá vida, salud, alegría, propósito, claridad, honor, salvación, confianza, fortaleza y muchos otros regalos preciosos en tu vida y en las vidas de sus seres queridos. Recuerde: las palabras tienen poder. ¿Cuáles son las palabras que estás permitiendo que salgan de tu boca?