El Señor Jesús nos enseñó el modelo perfecto de oración. Él compartió varios principios que están incrustados en la oración del Señor. El primer principio es que podemos orar con confianza, porque estamos orando a Nuestro Padre. Él es un Padre perfecto y fiel. Él es un modelo para todos los padres. Él ama a sus hijos. Él cuida de sus hijos. Él escucha a sus hijos. Él provee para sus hijos. Él protege a sus hijos. Él responde a sus hijos. Él les da a sus hijos un destino y un propósito piadosos. Él nunca deja ni abandona a sus hijos. Él corrige a sus hijos. Él coloca a sus hijos en su familia y les da una herencia. Podemos confiar en nuestro Padre celestial. Nuestras oraciones tienen poder y autoridad porque somos sus hijos, y Él escucha las oraciones de sus hijos.
Mateo 6:9 “De esta manera, ora: Padre nuestro, cielo, santificado sea tu nombre”