Todos experimentamos ataques del enemigo. Esto es parte de la experiencia cristiana. El Señor Jesús dijo una vez: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis tribulación; mas tened ánimo, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33). Lo bueno es que las Escrituras revelan que estos tiempos de persecución, tribulación y pruebas son solo por una temporada. El Salmo 30: 5 dice: “El llanto puede durar una noche, pero la alegría viene por la mañana”. Las estaciones de prueba tienen fecha de vencimiento. Cuando Satanás probó a Jesús, lo dejó después de haberlo probado: Lucas 4: 12-13 “Y respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios. Y cuando el diablo hubo terminado toda la tentación, se apartó de él por una temporada “. Entonces, si estás en medio de una prueba o en el desierto, recuerda hoy que no es permanente. Recuerda que Él nos dijo que tuviéramos buen ánimo porque ya venció al mundo, y ahora tenemos el espíritu del vencedor dentro de nosotros. ¡Con Su ayuda, saldrás victorioso al otro lado y con un gran testimonio!
Estas listo para ser promovido?
Salmos 75: 6,7 “porque ni de oriente ni de occidente ni del desierto viene el enaltecimiento, pues Dios es el juez; a éste humilla, y a aquél enaltece.“. Hoy podemos ver cómo tantas personas buscan ser reconocidas o apreciadas. Lo ves en programas como “American Idol” y otros similares. Esperan y oran para que los jueces los seleccionen para ser el próximo cantante famoso. Bueno, Dios es el gran Juez, y si te reconoce, nadie podrá detenerlo. Dicho esto, Él te promoverá con un propósito divino, no para que lo desperdicies en fantasías fugaces. Él quiere posicionarte para ser un representante del Reino de Dios en el lugar donde eres plantado. Así que sé fiel a Dios donde estás ahora. Él te reconocerá a su debido tiempo, y cuando te promueva, todos lo verán. Cuando eso suceda, traerás gloria a Dios y un gran beneficio para todos los que te rodean.
Salmos 75: 6,7 “porque ni de oriente ni de occidente ni del desierto viene el enaltecimiento, pues Dios es el juez; a éste humilla, y a aquél enaltece.“.