En Proverbios 27:23, el proverbista nos recuerda este poderoso principio: “Manténte atento al estado de tus ovejas; cuida bien a tus rebaños,” Este es un principio poderoso de éxito, pero también es un claro recordatorio de que somos responsables de lo que Dios pone en nuestras manos y de las personas que Dios pone a nuestro cuidado. ¿Pregunta: estarias haciendo un esfuerzo diario para conocer la condición de las personas y las cosas de las que tu eres responsable, o estás tan ocupado estando “ocupado” que no tienes tiempo para evaluar tu ministerio, familia, trabajo y el estado de tus amistades? Hay una parábola acerca de un Señor que dio talentos a tres de sus empleados. Les dijo que se iría por un tiempo, pero que volvería para ver qué hicieron con sus talentos. Cuando regresó, exigió un informe de los tres. Los dos primeros multiplicaron los talentos y se los devolvieron al Señor, y por supuesto, el Señor estaba complacido con ellos. El tercero, sin embargo, se negó a multiplicar el talento que el Señor había puesto a su cuidado. El Señor se enojó porque su empleado se negó a responsabilizarse por lo que tenía en sus manos. ¡Lo llamó malvado y perezoso! Se le hizo responsable por lo que el Señor había puesto a su cuidado. Hoy, el Señor te recuerda que Él nos hace responsables por lo que puso a nuestro cuidado. ¿Estás siendo un sirviente “bueno y fiel”, o un sirviente malvado y perezoso? Medite sobre este pensamiento.
Proverbios 27:23 “Manténte atento al estado de tus ovejas; cuida bien a tus rebaños”