¿Sabías que Dios te considera Su colaborador y compañero en la redención? 1 Corintios 3: 9 (TPT) dice: “Somos compañeros de trabajo con Dios y usted es el jardín cultivado de Dios, la casa que él está construyendo”. No solo nos redimió y nos liberó del poder de la oscuridad, sino que también nos dio el privilegio de trabajar juntos con Él para ayudar a otros a ser liberados y redimidos. Es por esto que debemos darnos cuenta y entender la importancia de la oración y compartir el evangelio con otros. Dios nos dio la autoridad para predicar y discipular. Esto no fue dado a los ángeles. Cuando creó al hombre, le dio autoridad aquí en la tierra como mayordomo. Cuando Dios declara algo de Su boca, se convierte en ley en el cielo y en la tierra. Dios mismo también se somete a los mismos mandamientos que declara. Así que cuando Él va a hacer algo en la tierra, El trabaja con la misma creación a la que le dio autoridad, les decir, la humanidad. 2 Corintios 6: 1 (ICB) dice: “Somos trabajadores junto con Dios”. A partir de este momento, entienda claramente que Dios te autorizo para predicar y discipular, y comparta con todos el amor y la gracia de Dios. ¡Él confía en nosotros para revelar su amor a este mundo confuso!