La disciplina no es una mala palabra!

La palabra disciplina es una buena palabra. Parte del significado es: entrenamiento que corrige, moldea o perfecciona las facultades mentales o el carácter moral. La disciplina piadosa conduce a la madurez y la eficacia. Mira lo que Deuteronomio comparte sobre la disciplina: Deuteronomio 8:5 “Piénsalo: así como un padre disciplina a un niño, el Señor tu Dios te disciplina por tu propio bien”. La mayoría de las personas tienen conceptos erróneos sobre la disciplina, por lo que la evitan; oran contra ella; piensan que Dios los ha dejado; ellos lo odian. Y debido a esto, nunca maduran. En cambio, pasan la mayor parte de su vida justificando por qué nunca maduran o prosperan. Sin embargo, si se hubieran sometido a la disciplina divina, hubieran podido salir de sus límites y hubieran seguido haciendo grandes cosas en su vida. Es hora de permitir que la disciplina divina tenga su trabajo perfecto en ti. ¡Te impulsará hacia adelante y más alto!

Proverbios 13:1 – Un niño sabio acepta la disciplina de un padre; un burlón se niega a escuchar la corrección.

 

Esta disciplina es necesario!

Pablo le dijo a Timoteo que estudiara para mostrarse aprobado a Dios. Existe una gran sabiduría por ahí, lista para ser aprehendida por aquellos que la aman. Sin embargo, uno necesita disciplina para aprender cosas nuevas. Aprender es un proceso de maratón. La mayoría de las cosas toman días, semanas, meses o incluso años para aprender. Uno debe someterse a un proceso didáctico consistente, línea por línea, precepto tras precepto para alcanzar el dominio en un área. El proverbista dijo que es estúpido odiar la corrección. Mientras que los diligentes aceptan la instrucción y la corrección, porque saben que es beneficioso para ellos y para su futuro, la persona ignorante rechazará la instrucción y la corrección. Esto condenará a esta persona a permanecer siempre ignorante. Decide hoy ser como esa persona diligente que da la bienvenida a mentores en su vida. Subirán a la cima, mientras que los ignorantes voluntariosos permanecerán en el mismo lugar durante toda su vida.

Proverbios 12: 1 – Para aprender, debes amar la disciplina; es estúpido odiar la corrección.