Muchas veces he escuchado este pensamiento de parte de los padres: “Quiero que mi hijo(a) tenga un mejor desempeño y alcance mayores alturas que yo”. Me siento igual. Los padres se sienten muy orgullosos cuando sus hijos logran grandes cosas. Te mostrarán fotos, videos y hablarán todo el día sobre los éxitos de sus hijos. Es como si ellos mismos hubieran logrado esas victorias. ¡Bueno, sepas esto, Dios, el Padre perfecto, quiere que hagas grandes cosas! En Mateo 7:11, Jesús dijo: “Pues si ustedes, siendo malos, saben dar buenas dádivas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que Le piden? Tu Padre celestial te ha bendecido con toda bendición espiritual en lugares celestiales. Él ya te ha dado poder para vivir victoriosamente en esta vida. Has sido “nacido de nuevo”. Ahora tienes su ADN. Jesús dijo que haríamos cosas más grandes: “Te aseguro y te digo solemnemente que cualquiera que crea en mí como Salvador también hará lo que yo hago; y hará cosas aún mayores que estas en extensión y alcance , porque voy al Padre. ” (Juan 14:12 (AMP). Ten en cuenta que Él dijo que haríamos cosas más grandes que las que hizo “en extensión y alcance”. Como parte de su cuerpo, iremos a lugares a los que Jesus nunca fue en su ministerio terrenal. Sanaremos a más personas que El porque su cuerpo está en todo el mundo. Somos parte de su cuerpo. Él ya nos ha dado poder. Nuestro Padre celestial ya nos ha autorizado. Es hora de rechazar cualquier pensamiento obstaculizador, fallas pasadas, palabras negativas, miedos y dudas, y comenzar a ser quien Dios ya te autorizó a ser. ¡Hay muchos que esperan que te presentes como embajador de Dios y liberes la unción y el don de vida que está dentro de ti! Tu Padre celestial estará muy complacido con tus éxitos y victorias. ¡Tus victorias son sus victorias!
Estas oyendo lo que el Espiritu Santo te esta diciendo?
La habilidad de poder oír y escuchar es un regalo de parte de Dios tan maravilloso, precioso y necesario. La mayoría de la gente toman esta habilidad como algo común y garantizado. Sin embargo, para aquellos que pierden la audición, reconocen lo valioso que es. Sin embargo, hay algo igual de importante. Es la forma en que uno escucha. Puedo escuchar a alguien decir algo y lo interpretaré de mi manera. Sin embargo, otra persona puede escuchar exactamente lo mismo, y lo escuchará de otra manera. Entonces, el filtro en nuestros cerebros elige la forma en que va a interpretar lo que escucho. Luego tenemos otro punto muy importante, y es que muchos deciden no hacerle caso a lo que oyen. Apocalipsis 2:7 dice: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. En otras palabras, las personas pueden oír algo, pero después de oír, se niegan a ponerlo en practica. Y al negarse a poner las verdades de Dios en practica, y al fin, aterrizarán en la ruina. Vemos esto todo el tiempo. Las personas conocen el peligro de las drogas, pero continúan consumiendo drogas. La gente sabe que fumar le dará varias enfermedades potencialmente mortales, pero continúan fumando. Jesús dijo esto acerca de aquellos que no escuchan lo que el Espíritu de Dios le está diciendo a esta generación: “Esta es la razón por la que hablo en parábolas: porque mientras tienen el poder de ver, no ven, y mientras que tienen el poder de oír, no oyen, ni entienden ni captan cosas espirituales. En ellos se está cumpliendo la profecía de Isaías, que dice: ‘Oirás, pero nunca entenderás; y mirarás y mantendrás en mirar, pero nunca comprenderás “. (Mateo 13:13:14). Hoy, el Señor nos recuerda que su Espíritu Santo nos está hablando y nos está guiando. No rechacemos hoy su voz e instrucciones. Sus palabras son vida y luz. ¡Elije sabiamente hoy!