Eres necesario. Te necesitamos!

Dios nos ha colocado en Su glorioso Cuerpo. Él te creó de manera única. Tú encajas en Su Cuerpo. Él te creó para ser útil y necesitado. Cuando te des cuenta de esto y comiences a hacer tu parte, literalmente causarás crecimiento en el Cuerpo. El apóstol Pablo dijo que esto sucede en el contexto del amor. Es por eso que muchas personas no quieren servir en la iglesia local. Simplemente no aman el Cuerpo de Dios. No es una prioridad para ellos. Si realmente amas a Dios, amarás a Su Cuerpo y convertirás en una prioridad involucrarte de alguna manera y en algún lugar. Dios se complace cuando amamos a aquellos que Él ama. No hagas como muchos que dicen que no tienen tiempo para involucrarse. ¡Gracias a Dios que Jesús no dijo que no tenía tiempo para ir a la cruz! A medida que maduren en Cristo, servir en el Cuerpo vendrá naturalmente, y será una prioridad.

Efesios 4:16– de quien todo el cuerpo, unido y unido por lo que provee cada articulación, de acuerdo con el trabajo efectivo por el cual cada parte hace su parte, causa el crecimiento del cuerpo para la edificación de sí mismo en el amor.

 

Es tiempo de crecer ya!

Pablo compartió con los Efesios que la meta del discipulado era crecer hasta la madurez, y desde esa postura, podríamos hablar la verdad el uno con el otro en amor. Hoy, lo único que la gente quiere escuchar es lo que los hace felices, o solo con lo que están de acuerdo. Pablo dijo que en los últimos días, las personas tendrían picazón en los oídos: 2 Timoteo 4: 3-4 – Porque llegará el tiempo en que no tolerarán la sana doctrina, sino según sus propios deseos, porque tienen picazón en los oídos, se apilarán para ellos mismos maestros; y apartarán a los líderes de la verdad, y se desviarán a las fábulas. Estamos viendo esto hoy. Es hora de crecer en Cristo y guardar todo lo que pueda alejarlo de la verdad. Jesús se llamó el Camino, la Verdad y la Vida. ¡Digamos la verdad en amor y ayudemos a otros a encontrar la verdad!

Efesios 4:15 – En cambio, hablando la verdad en amor, creceremos para llegar a ser en todos los aspectos el cuerpo maduro de Aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.