Las acciones de los justos reflejan el amor y la compasión de nuestro Señor Jesucristo. Dondequiera que iba, las personas eran sanadas, instruidas, alimentadas, ministradas y amadas. Los justos siempre buscan formas de ayudar a los demás, de ministrar a los demás, de brindar a los demás las provisiones que tanto necesitan. Ellos reflejan la bondad del Evangelio de Jesucristo en sus comunidades. Sus palabras traen vida, sanidad y restauración. Proverbios 16:24 dice: “Las palabras agradables son como un panal de miel, dulzura para el alma y salud para los huesos”. Los justos comparten la palabra de Dios que trae luz y entendimiento a quienes la reciben. “La exposición de tus palabras alumbra; Da entendimiento a los sencillos” Salmo 119:130. Cuando las personas se acercan a ti, ¿están siendo ministrados a través de tus palabras y acciones?
Proverbios 10:21 (PDT) “Los labios del justo ayudan a mucha gente; los insensatos mueren por su torpeza”