“Viernes Santo” es un nombre irónico para la época en que Jesús sufrió la peor tortura a manos de sus enemigos. Debería haberse llamado “Viernes ominoso”, Viernes desastroso o Viernes horrible. Sin embargo, se llama “Viernes Santo” para resaltar el amor, la bondad, la gracia y el favor que Dios otorgó a toda la humanidad. En el evangelio de Mateo capítulo 26, revela que justo antes de que Jesús fuera arrestado, se entristeció y se angustió profundamente, incluso hasta la muerte. Sabía que estaba a punto de pasar por el proceso que lo llevaría a la cruz. Sabía que su barba sería arrancada. Sabía que empujarían una corona de espinas sobre su cabeza. Sabía que lo azotarían hasta que le arrancara la piel de la espalda. Sabía que tendría que colgar en la cruz. ¡Sin embargo, su amor por nosotros lo impulsó a la cruz! Se convirtió en el Cordero de Dios para ti y para mí. Es por eso que se llama “Viernes Santo”. La bondad y el amor de Dios se revelaron en las acciones de nuestro precioso Señor y Salvador. ¡Él es nuestro Héroe, nuestro Salvador, nuestro Libertador y nuestro Rey de reyes y Señor de señores! ¡Que tengan un maravilloso Viernes Santo y un precioso Pascua!
Mateo 26: 36-38 “Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: —Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.Y tomando a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo:—Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo”