No permitas que el enemigo se aproveche de ti!

El apóstol Pablo conocía las estrategias, planes y artimañas del enemigo de nuestras almas. Hubo muchas veces cuando exhortó al pueblo de Dios a recordar que siempre debemos estar alertos y conscientes de los planes y armas que se han formado contra nosotros. Isaías 54:17 dice: “Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos del Señor, y su justicia es de mí, “dice el Señor”. Dios nos recuerda hoy que se han formado armas y planes contra ti, pero Él está contigo, y el mayor reside dentro de ti. Además, conocemos los esquemas del enemigo, entre los que se encuentran: engaño, mentiras, lujuria por la fama y la fortuna, temor, duda. Como sabemos acerca de estas armas, las rechazamos y renunciamos. En cambio, buscamos crecer el los frutos del Espíritu, la fe victoriosa, y un estilo de vida de perdón y el amor de Dios.

2 Corintios 2:11 “Para que Satanás no se aproveche de nosotros, pues no ignoramos sus artimañas”.

Aquí está el consejo de Dios sobre cómo responder a la cultura actual de ira y hostilidad.

Efesios 4: 29-31 “No empleen un lenguaje grosero ni ofensivo. Que todo lo que digan sea bueno y útil, a fin de que sus palabras resulten de estímulo para quienes las oigan. No entristezcan al Espíritu Santo de Dios con la forma en que viven. Recuerden que él los identificó como suyos, y así les ha garantizado que serán salvos el día de la redención. Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta. Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.”. Este consejo viene directamente de las Sagradas Escrituras . Tómese un momento para ver si lo ha estado aplicando a tu vida, o si ha permitido estos malos comportamientos y respuestas en tu vida diaria. Si alguno de estos malos comportamientos ha sido parte de tu vida, ¡es hora de enterrar al “viejo hombre” y permitir que Cristo resucite en ti! Recuerde, somos sus testigos y Él quiere ver el fruto del Espíritu manifestándose abundantemente en nuestras vidas para que el mundo pueda ver el amor de Jesús en la iglesia.