Haga lo opuesto!

Dios es el Dios del amor, la unidad, la paz y la restauración. Como sus embajadores, el Espíritu de Dios dentro de nosotros nos llevará a caminar en amor y perdón. En Romanos 12:17, dice que no debemos devolver el mal con más maldad. Esto no es honorable a  Dios. Debemos dejar venganza al Señor. El pagará a las personas por el mal que cometen (v19). En cambio, debemos hacer lo contrario. Debemos bendecir a quienes consideramos nuestros enemigos. El Señor nos recuerda hoy que NUNCA dejemos que el mal nos conquiste. En cambio, debemos conquistar el mal haciendo el bien, revelando así el amor de Dios a quienes nos harían daño. Mateo 5: 9,10 dice: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, Porque de ellos es el reino de los cielos “.

Romanos 12: 17-21 ” 17 Nunca devuelvan a nadie mal por mal. Compórtense de tal manera que todo el mundo vea que ustedes son personas honradas. 18 Hagan todo lo posible por vivir en paz con todos. 19 Queridos amigos, nunca tomen venganza. Dejen que se encargue la justa ira de Dios. Pues dicen las Escrituras: «Yo tomaré venganza; Yo les pagaré lo que se merecen»[f]dice el Señor20 En cambio, «Si tus enemigos tienen hambre, dales de comer. Si tienen sed, dales de beber. Al hacer eso, amontonarás carbones encendidos de vergüenza sobre su cabeza»21 No dejen que el mal los venza, más bien venzan el mal haciendo el bien.

“.

Es tiempo para que tu alma sea refrescada!

Uno de los ataques más destacados que el enemigo lanza contra nosotros es el ataque contra nuestra fe y confianza en Dios y su palabra. Si él puede sacarnos de nuestra fe y confianza, perdemos nuestra valentía. Por eso es tan vital que nos conectemos con Dios todos los días. Cuando invocamos a Dios y, en algunos casos, clamamos a Dios, Él nos escucha, y su Espíritu y Su palabra nos aseguran que Él está con nosotros. Él nunca nos deja ni nos abandona. El rey David dijo esto en el Salmo 138:3: "Cuando te llamé, me respondiste;me infundiste animo y renovates mis fuerzas. Él sabe que su fuerza vino de Dios. Cuando clamó a Dios, recibio valentía y fortaleza en su alma. Cuando atravesamos dificultades en la vida, necesitamos valentía y fortaleza en nuestras almas. No podemos luchar efectivamente si somos derrotados por dentro. Hoy clama a Dios. Él escucha a sus hijos. Por Su Espíritu y su palabra, Él restaurará tu fe, valentía y confianza, y renovará tu fuerza en el interior. ¡Tu alma será renovada y alentada para que puedas terminar fuerte!