Sed constantes en esto!

2 Timoteo 2: 1 dice: “Así que, hijo mío, sé fuerte [fortalecido constantemente] y fortalecido en la gracia que [se encuentra solo] en Cristo Jesús”. Ser fuerte es tener poder físico, moral o intelectual. También significa: uno que no es leve o débil; Intenso y extremo. ¡Pablo le dijo a Timoteo que sea fuerte y constantemente fortalecido en la gracia que SOLO SE ENCUENTRA EN Cristo Jesús! ¡Fíjate que dice que debemos ser fortalecidos constantemente! Es una disciplina diaria. ¡Necesitamos ser intensos y extremos en nuestra búsqueda de la fuerza que se encuentra en Su gracia! Es hora de profundizarnos en nuestra búsqueda de Dios. Conviértete en un discípulo radical de Cristo. ¡ Permita que el mundo vea a Jesús en ti! Sé fuerte en el Señor y en el poder de su fuerza (Efesios 6:10). Cuando lleguen las tormentas, no te abrumarán. Cuando llegue el fuego, no te quemará. Cuando vengan las inundaciones, no te ahogarán, porque eres fuerte en su gracia. ¿Y dónde encontramos esta fuerza y gracia? Bueno, es como dijo Pablo. ¡Sólo se encuentra en Cristo Jesús!

2 Timoteo 2: 1 “Así que, hijo mío, sé fuerte [fortalecido constantemente] y capacitado en la gracia que [se encuentra solo] en Cristo Jesús”.

El Rey David amaba esto con todo su alma!

Al leer el libro de los Salmos, podemos ver claramente que el rey David amaba al Señor y su palabra. Podemos verlo fácilmente en sus escritos. Su corazón por Dios se revela en cada salmo. Él dijo esto en el Salmo 119: 167 “Mi alma guarda tus testimonios; los amo en extremo”. Tenga en cuenta que no fue de labios solamente. ¡Honró la Palabra de Dios con su misma alma! Amaba a Dios con todo su ser. Esto es fundamental porque Dios conoce quienes lo aman con todo su corazón y a quienes solo lo honran con sus labios. Mateo 15: 8 dice: “Estas personas se acercan a mí con su boca, y me honran con sus labios, pero su corazón está lejos de mí”. Asegurémonos de que nuestros corazones estén bien con Dios. El verdadero amor y honor es una acción del corazón. Sé como David, que amaba a Dios y su palabra con toda su alma.