A casi todos los que conozco les gusta disfrutar algo dulce después de la cena. Simplemente parece que la mayoría de las personas tienen un “gusto por lo dulce”. El rey David dijo una vez de la palabra de Dios: “¡Tus promesas son dulce para mí, más dulce que la miel en mi boca!” Salmo 119: 103 (NCV). La palabra de Dios era muy deseable para David, ¡incluso más deseable que la miel! La miel es un poderoso antioxidante e incluso se ha utilizado para curar enfermedades diferentes. Sin embargo, la palabra de Dios es el mayor antioxidante, ya que puede limpiar y sanar el alma. Además, al buscar la definición de la palabra “dulce”, me sorprendió de buena manera descubrir que no solo es una sensación de sabor inducida por los azúcares. La palabra dulce también significa: gratificante, fragante, muy buena y atractiva. La palabra de Dios es todo eso y más. El Salmo 34: 8 dice: “Oh, prueba y ve que el Señor es bueno”. Si lo es! Por lo tanto, es hora de rechazar a todos aquellos que continuamente critican las Escrituras. Simplemente estan engañados. Hemos probado personalmente al Señor y su dulce palabra. Como David, digo: “¡Qué dulce es Tu palabra, incluso más dulce que la miel!
¿Quieres agradar a Dios? Lee esto!
¿Sabías que nuestras ofrendas, nuestros actos de bondad y nuestro servicio en el Reino de Dios son preciosos para nuestro Padre Celestial? Se complace cuando actuamos desinteresadamente. Créeme, Él sabe cuándo hacemos las cosas con agendas ocultas y cuando hacemos las cosas por otros con verdadero amor y sacrificio. El apóstol Pablo lo sabía y compartió esta verdad con la Iglesia en Filipo. (Filipenses 4) Cuando le enviaron recursos durante un tiempo de gran necesidad, él les respondió diciendo que sus dones y sacrificios eran un olor fragante, sacrificio aceptable, agradable a Dios. Sepa hoy que sus oraciones, sus dones, sus sacrificios, su servicio son reconocidos y apreciados en la presencia de Dios. Tu tiempo nunca se pierde cuando sirves a Dios y les ministra a aquellos con necesidades. Por el contrario, lo que haces por los demás, ¡Dios hará que suceda para ti!
Filipenses 4:18 “Pero todo lo he recibido y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis, olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios.”